La moda vintage es un fenómeno que crece con los años. Hablamos de prendas, objetos, accesorios y demás artículos que pertenecen a otras épocas bastante alejadas de la actual y que son rescatados para darles uso de nuevo, normalmente son de segunda mano, pero se pueden encontrar verdaderas “joyas”.
Se ha puesto muy de moda entre la gente joven, revolver en los armarios de sus padres y abuelos y reutilizar prendas de hace treinta o cuarenta años y sino siempre pueden acudir a las tiendas vintage. En Madrid, si queremos acceder a este tipo de moda tenemos un destino claro, Malasaña.
En concreto, en la Calle Palma número 2, está Flamingos Vintage Kilo, una tienda de auténtico estilo vintage, en ella trabaja Sandra, una chica con mucho rollo que parece haber salido de los años 50. Existen dos tiendas Flamingos en Madrid, la otra está a solo dos calles, nos cuenta que esto es porque la primera lleva dos años y medio abierta y cuando se vieron que no les cabía toda la mercancía en una decidieron abrir la segunda un año después, por lo que reparten entre ambas y en cada una puedes encontrar cosas diferentes.
La ropa y todo lo que tienen lo traen de Estados Unidos, “viajan 4 o 5 veces al año, a varios sitios, por ejemplo México, a veces se va a grandes almacenes y otras a subastas, sobre todo cuando son piezas especiales”. Una vez en tienda la ropa de vende al peso, según las prendas tienen un precio por kilo, eliges la prenda, la pesas y pagas lo que corresponde al peso, “es como comprar naranjas”, me contaba Sandra.
En cuanto a la clientela, es variable en este tipo de tiendas, pero normalmente la gente joven es la más interesada por este estilo. Es el caso de Nora, una seguidora de la moda vintage que aprovecha sus viajes a Londres para hacerse con alguna que otra prenda, “tenemos muchas tiendas en Madrid, pero es cierto que encuentro prendas con cierto encanto en otros países debido a las influencias y a la historia de ese país”. Precisamente la historia es lo que Sandra, de Flamingos, considera la base de la moda vintage, “por una parte existe el hecho de que esté de moda vestir con prendas de segunda mano, pero por otra parte, lo vintage es historia y es una oportunidad enorme el poder conseguirlas”.
Si bien es cierto que estas prendas, que reaparecen tras décadas en desuso nos cuentan una historia de lo que se llevaba en aquel momento. La gente a la que realmente le gusta la moda vintage es porque para ellos “no es una moda, es un estilo de vida” como recalca Sandra.
Si comparamos esto con la moda de lujo, podemos encontrar muchas prendas y accesorios de las marcas más importantes del mundo y que son de segunda mano, a veces por ese motivo los encontramos más baratos, en cambio pueden llegar a ser verdaderas piezas de coleccionista. Para Sandra o Nora, la moda vintage es un lujo, ya que puedes poseer algo que es muy difícil encontrar, eso es para ellas el lujo, cosa que no tiene que ir unida a un precio caro siempre sino a esa “oportunidad” de poseer un pedacito de historia como bien ha dicho Sandra.
No cabe ninguna duda que es un estilo que cada día tiene más seguidores, desde los fieles que visten de pies a cabeza con ropa vintage a los que les gusta cambiarla con prendas a la última. Este sector se ha hecho un gran hueco y pretende quedarse. Hay que aprovechar toda esa historia que algo tan simple como una prenda nos puede contar, ya que no es solo un pedazo de tela más.