Llevas cuatro años estudiando una carrera-en el mejor de los casos- y desde el primer día estás deseando que llegue el final del túnel. Disfrutas de ser joven, de las fiestas universitarias, de faltar a clase porque eres así de rebelde, pero año tras año repites la misma frase: «Qué ganas de acabar la carrera!». Pues MAL, no lo digáis más, porque ese día llega y ahora solo quieres volver a empezar.
He tenido la suerte de ser universitaria durante cinco maravillosos años y como todos he querido terminar de una vez para poder trabajar (?), menuda inocente yo, que al entrar en primero quería hacer anuncios de Coca-Cola y ese mismo año ya quería acabar la carrera y sobre todo ya sabía que no quería trabajar en agencia. Por lo menos estos años de carrera me han servido para pensar, he pensado mucho y por lo menos puedo decir que ya se por donde quiero tirar en la vida.
Sin duda, lo mejor, mejorcísimo de la universidad es la gente que conoces, se que todo el mundo lo dice, pero es la pura verdad señores. Porque la gente como yo- con poca memoria- se puede acordar de un par de profesores, seguramente por lo que te hayan hecho sufrir, de un par de clases graciosas, pero de lo que no te vas a olvidar es de los buenos amigos con los que has compartido mesa en clase y en la cafetería y del día exacto que les conociste porque cuando estas a seiscientos kilómetros de tu casa, esa gente se convierte en tu familia.
Es raro que llegue octubre y no tener que ir a ese edificio de hormigón cada día del que tanto nos quejábamos, pero que ahora admito que echo de menos. El no tener una rutina, un sitio a donde ir y saber que te vas a encontrar a alguien a quien liar para no ir a clase. Esa misma incertidumbre asusta, pero al mismo tiempo me mantiene intrigada por lo que está por venir, que seguramente después de equivocarme-porque hay que equivocarse-dar mil vueltas y probar suerte encontraré mi sitio, como buena gallega cabezona que soy. Igual que lo encontraréis todos los que habéis puesto ganas a lo que hacéis.
Los que hayáis acabado también seguramente entendáis lo que os digo, a no ser que tengáis un trabajo perfecto, entonces me alegraré mucho. Los que estéis empezando o a mitad de camino, DISFRUTAR porque llegará un día en el que lo echaréis de menos, pero tendréis recuerdos imborrables de una etapa increíble.
Por supuesto, esto de lo dedico a esas personas que puedo contar con los dedos y que se han convertido en parte de mi durante estos años. Ha sido un placer compartir tantos momentos con vosotros y os merecíais un huequito aquí también.
«No hay reloj que de vuelta hacia atrás.» Ricardo Arjona.