Aquí estoy, escribiendo un post, ¿por qué? porque no tengo exámenes, no tengo nada que estudiar esta noche. Pero no lo digo con orgullo y alegría porque a pesar de que muchos pensaréis que estoy loca- sobre todo médicos, juristas, farmacéuticos…- echo tanto de menos la época de exámenes que CASI saco los pocos apuntes que tengo guardados en una caja, pero ya no sería lo mismo.
La universidad mola, molan esos 4 años, o 5 o 6, ahora entiendo porque la gente repite, porque acabar no mola nada. Molan las fiestas, mola el horario de 9h a 13h, que es mentira porque nunca vas tantas horas, pero inesperadamente y por sorpresa para mi lo que más echo de menos es la época de exámenes. He aquí algunas de las razones por las que cuando ya no los tienes, los echas de menos:
Las 12 horas en la biblioteca
Si eres responsable, llegas a la biblioteca cuando abre, si te gusta dormir, le pides a alguien que te guarde un sitio y llegas sobre las 11 con calma, pero aun así algún que otro día consigues llegar puntual y te tiras allí todo el día, todo el día en esa sala, y se te hace corto! mientras que cuando pasas 4 horas sentada en clase te quieres morir. Pero la biblioteca es otro rollo, estás en esas mesas enormes con todos tus amigos, estudias las dos primeras horas y a partir del primer descanso, se acabó, después es hora de comer, y VAYA, ya son las 9 de la noche! Si te animas te vas a la nocturna, sino, en realidad ya ha sido suficiente por hoy.
El café
Si eres taaan fanático como yo, esta es tu época, porque normalmente te tomas dos al día, o tres con suerte, pero en exámenes hay barra libre de café y lo peor de todo es que te hace menos efecto que nunca, entonces te puedes hartar a cafés de la máquina más cercana o de la cafetería de la universidad, si es que a eso se le puede llamar café claro, pero te lo tomas, porque eres guay y bebes café, porque eres universitario y tienes mucho que estudiar, porque es adictivo.
Lo mismo me arreglo que me pongo un chandal
Hay días que intentas ir mona a la biblioteca, quieres verte bien y demostrar que se puede estar guapa estudiando. Pero pasan los días y las sudaderas empiezan a reclamarte, entonces es obvio, ya que estás haciendo un ejercicio tan intenso como es estudiar, deberías estar cómoda ¿no?. Entonces ocurre, estás en casa con ese moño tan cómodo y de repente te encuentras en la biblioteca de la misma guisa porque este lugar se ha convertido en tu casa estos días.
Las bibliotecas nocturnas
Esa clase de bibliotecas a las que vas y se lo cuentas a tu madre la inocente a la que le das pena y se siente tan orgullosa de ti por no parar de estudiar ni de noche. Cuando en realidad estás en Maria Zambrano unas pocas horas, de las cuales aprovechas la última media hora cuando ya empiezan a avisarte de que van a cerrar porque no has hecho más que hablar, ir de mesa en mesa en busca de tranquilidad o de calmar ese ataque de risa que te ha dado porque en realidad te mueres de sueño y entonces te vas a casa, tan contento por haber estado estudiando de noche.
Las recompensas con pizza
«Hoy me lo merezco», esa es la frase más dicha en exámenes, ya sea el primer día de estudio o en el último examen, el caso es que sin darte cuenta llevas un mes comiendo pizza y cenando Burger King, pero TE LO MERECES, ya habrá tiempo de ir al gimnasio cuando recuperes tu vida, pero mientras tanto puedes ser feliz.
Los fines de semana de «no fiesta»
A veces te rebelas y sales algún día que otro entre exámenes, pero normalmente intentas no hacerlo para no sentirte mal contigo mismo. Los fines de semana de no fiesta se convierten en quedarte en casa con amigos «estudiando» mientas os cebáis a algo riquísimo y veis lo primero que echen en la tele hasta que alguien dice, «¿y si nos tomamos una copa?», se refiere a esas botellas que hay en tu cocina de cuando salías. Entonces esa noche de no fiesta se convierte en un botellón en toda regla, pero no te sientes tan mal porque no has salido de casa y seguramente te lo hayas pasado genial.
Las noches antes del examen
Esas noches más cortas de lo normal porque ibas a empezar a estudiar a las 10 y lo aplazas para las 3 cuando ya solo echan la ruleta de la suerte. A esa hora aproximadamente te pones con tus amigas y compañeras de piso a estudiar y no aguantáis ni media hora, tenéis que hacer café, luego el chocolate, me echo una cabezada y BUENOS DÍAS, dentro de una hora tienes un examen y no has hecho NADA.
Los descansos
Esta es la mejor parte, porque al igual que la pizza, te los mereces. Si llegas pronto a la biblioteca, dejas las cosas y haces un descanso para desayunar antes de empezar, no se puede estudiar sin desayunar todos lo sabemos. Estudias una hora y media más o menos y «descanso de media hora para un café», te darán las 12, vuelves a entrar y a la 1 y media ya vamos saliendo para comer, que se alarga hasta las 4, y así sucesivamente. En total habrás estado dentro 6 horas como mucho, de las cuales no voy a ser yo quien te diga cuantas has estudiado. Pero amigos, los descansos son imprescindibles para sobrevivir.
El material escolar
A solo unos días de tener que empezar a estudiar te pasas por el chino y te tiras media hora en el pasillo de material escolar. Unos cuantos rotuladores, subrayadores (todo a juego), folios, una carpetita para cada asignatura. Te crees muy organizada y te encanta comprar esas cosas no te engañes, sirve para hacer unos dibujos muy divertidos de miles de colores en los márgenes de tus apuntes.
Suerte en el examen
Ya no hay vuelta atrás, estás en ese examen que con suerte aprobarás y sino, piensa que con suerte alguno de tus amigos irá a septiembre para compartir con el toda esta lista de cosas maravillosas. Además tienes por delante el fiestón post exámenes para olvidarte de todo.